Protagonista

Luz Omaira Rico le sigue la pista a la práctica deportiva

La instructora es una convencida de que las cosas buenas de la vida se consiguen con esfuerzo, voluntad y dedicación. Por eso se ha destacado como una deportista ejemplo para los aprendices del Centro de Comercio del SENA, Regional Antioquia.

Aunque parezca prematuro, desde ya se prepara para las contiendas deportivas de la institución, pues su propósito es alcanzar nuevos triunfos, y mejorar los logros obtenidos el año anterior en los Juegos Nacionales del SENA, cuando se destacó en la modalidad de atletismo y logro dos medallas: una de plata en los 1.500 metros, y otra de bronce, en los 800 metros.

Este año, esta socióloga avanza rápidamente en sus entrenamientos. Es consciente de la responsabilidad que tiene al convertirse en un modelo de autodisciplina, “el deporte le ha aportado mucho a mi vida, me ha ayudado a descubrir mis diversas facetas como mujer y mi gran capacidad tanto física como mental”, comentó Luz Omaira

Las competencias deportivas le han dejado como enseñanza a esta instructora que “no hay nada que uno no pueda hacer, con constancia y esfuerzo todo lo que uno se propone lo puede lograr y de esta manera aporto un granito de arena para generar conciencia en los jóvenes y adultos sobre la importancia del deporte y sus beneficios. Hay que ser constante con las metas que se tienen en la vida para poderlas lograr”, agregó Luz.

Joven, pilo y con mente abierta

Jonathan Flores, físico de la Universidad Nacional, es un joven instructor de 27 años que desde hace tres meses es el encargado de área de física de TecnoAcademia que hace parte del TecnoParque Central de Cazucá.

Conoció este centro de conocimiento y tecnología gracias a su participación en un concurso de robótica al que llegó por una invitación informal de sus amigos. Pero jamás imaginó que pasaría a ser parte de uno de los proyectos más ambiciosos del SENA

El rol que asumió hace tres meses le ha permitido acercarse a los aprendices de una manera muy proactiva. “Hasta el momento estamos comenzando con el proyecto y varios han sido los logros. Los muchachos han podido trabajar en algunos proyectos como la construcción de puentes con materiales frágiles, elaboración de gel, shampoo y jabón para manos. También han comprendido muchos conceptos básicos de química, biología y física, entre ellos óptica, mecánica, electricidad y magnetismo, y ondas”.

Para Flores ser instructor del SENA es más que un título, pues representa un crecimiento personal y profesional, “contamos con muy buenos laboratorios lo cual es fundamental en la formación a los aprendices, para motivarlos a ser innovadores y muy creativos, y de esta manera poder desarrollar proyectos que les permitan mejorar su calidad de vida”, afirmó.

Por ahora solo desea formar con responsabilidad social, teniendo en cuenta que se encuentra en el rango de edades de los muchachos a quienes forma,

Como Jonathan son muchos los instructores que son ejemplo de vida y profesionalismo, y que están comprometidos con la misión social de la entidad, “tener la mente abierta, dar todo para trabajar con estos jóvenes de escasos recursos, y recibir de ellos todas sus inquietudes y expectativas, y motivarlos a desarrollarlas es un reto para mí”, confluyó Flores.

José Agustín Muriel, un instructor con alma ‘Mecatrónica’

Transparencia, dedicación y responsabilidad, son los principios que aplica, desde hace 8 años, este instructor de Mecatrónica y Automatización de Procesos del Centro de Diseño e Innovación Tecnológica Industrial en Risaralda.

José Agustín Muriel es ingeniero Mecánico con una Maestría en Sistemas Automáticos de Producción, de la Universidad Tecnológica de Pereira, y ha representado al SENA Risaralda en varias competencias nacionales e internacionales.

Desde el año 2007 lidera el convenio de Articulación Mecatrónica entre el SENA Risaralda y la Universidad Tecnológica de Pereira UTP, donde también es docente. “Esta alianza permite que los egresados del SENA de la tecnología Diseñador e Integrador de Automatismos Mecatrónicos pasen a la UTP a continuar su formación como ingenieros mecatrónicos”, explicó el instructor.

Este año se graduarán los primeros 16 aprendices que fueron recibidos en sexto o séptimo semestre con una excelente validación de módulos y la nivelación que él consiguió para los egresados SENA, en matemáticas, física, estática, termodinámica, circuitos 1, electiva tecnológica 1 e ingeniería de materiales.

“Es necesario ir más allá de la labor académica que nos encomiendan, hay que hacer gestión, y promocionar tanto el talento de los aprendices, como el de los instructores que apoyan los procesos de formación”, concluyó Muriel.

Catalina Gil, una Kogui- Arzaria que enseña a coser esperanzas

‘Cata’, como se le conoce, es una de las instructoras más queridas de la Regional Magdalena. Su vida en el SENA inició en el 2006 cuando fue contratada por el Centro de Logística y Promoción Ecoturística del Magdalena, que la ha acogido en los últimos años como una de las más importantes exponentes de la filosofía de la Sierra Nevada de Santa Marta.

Catalina Gil Dingula nació cerca al municipio de San Juan, en el Cesar y desde muy pequeña fue criada en Palmor, corregimiento de la Sierra Nevada. Fue allí donde aprendió con orgullo que parte de su vida es tejer: “Desde los cinco años empezamos las mujeres de nuestros grupos a aprender este hermoso arte. Incluso cuando cometíamos fallas, el castigo era coser y ahí era que nos especializábamos”.

Esta instructora, de 42 años, se ha convertido para el SENA en una gran trasmisora de su cultura indígena, a través del arte de coser mochilas. Desde directivos, funcionarios, instructores y aprendices de la Regional Magdalena la reconocen como una persona portadora de una gran sabiduría.

Este ‘conocimiento ancestral’, como ella lo llama, pasa de generación en generación, y hoy con sus laboriosas manos, cargadas de hilos y agujas, hace posible que otras mujeres de zonas alejadas del departamento del Magdalena puedan explotar sus habilidades y hacer de esta actividad, una fuente de ingresos para sus familias, “es muy valioso hacer respetar nuestra cultura y el privilegio de enseñar este arte nos da la oportunidad de que se mantenga por siempre”, asegura Catalina Gil.

Su gratitud con el universo y con las personas que la han apoyado la manifiesta día tras día, no sólo en su relación instructora-aprendiz, sino también con su fuerte mensaje de cultivar paz, amor, tolerancia y sensibilidad hacia lo nuestro: “siempre mantengo la esperanza de que los pueblos indígenas de la Sierra no se acaben, es algo que me preocupa y por lo que lucho constantemente”, agregó Catalina.

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2 respuestas a Protagonista

  1. Nora Ester dijo:

    tambien hay que reconocer la disciplina de Diana Suaza para entrenar con Omaira.

  2. Nora Ester dijo:

    Luz Omaira al ser Uribe Rico no se diluye si la apellidan rico, pues es la irreconocible campeona

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